martes, 30 de agosto de 2011

NFL entrevista: Un cafecito con Lou Holtz


El coach habla de la transición de jugadores colegiales al profesional y de otras cosas




ORLANDO -- A lo largo de mi trayectoria profesional como ejecutivo de NFL o bien como analista, pocas veces he tenido la oportunidad de conocer a un hombre con tanto carisma, experiencia y sabiduría como el legendario entrenador de Notre Dame, Lou Holtz. Si bien es cierto que mi relación con el coach Holtz me hace considerarlo alguien muy especial, sus 249 victorias y su hazaña de ser el único entrenador en la historia en haber llevado a seis escuadras diferentes a Tazones, lo hacen único. Coach Holtz me recibió en su casa en Orlando, para charlar sobre la transición de los jugadores colegiales al profesional y de muchas cosas más.

Coach Holtz, ¿cual es el mayor desafío que enfrentan los jugadores colegiales al entrar a la NFL?
L.H.: Básicamente son tres sectores en los que se tienen que adaptar. Socialmente: tienen que vivir por primera vez de manera independiente. Económicamente: por primera vez tienen dinero, y eso generalmente los rodea de malas influencias. Pero el mayor ajuste es en el fútbol americano. Tradicionalmente estos jóvenes siempre destacaron en la preparatoria y en el colegial, pero ahora que llegan al profesional son uno más. Los jugadores siempre han sido motivados a lo largo de su carrera, pero al llegar a la NFL necesitan de mucha disciplina y automotivación, ya que de lo contrario no durarán mucho en la liga. Es así que son ellos mismos los responsables de tener su propio programa de trabajo y buscar herramientas nuevas, que les permitan mejorar por su cuenta.
Usted tuvo gran éxito al entrenar grandes estrellas de la NFL, como Tim Brown y Jerome Bettis ¿Cómo se debe manejar a las súper estrellas con gran ego y que no aceptan críticas?
L.H.: La clave es nunca atacar al jugador, pero sí a su desempeño. Es una línea muy delgada que no se debe de cruzar, pero si lo sabes hacer, el jugador comienza a pedir retroalimentación y, al ver resultados positivos, se enfoca en mejorar. Es muy importante que tanto el jugador como el entrenador tengan claro el mismo objetivo: ganar encuentros, y no el beneficio personal del jugador.
En algún momento usted fue el entrenador colegial con mas jugadores en la NFL. ¿Cómo lograron tantos de sus jugadores llegar y mantenerse en la liga profesional?
L.H.: Yo siempre inculqué en mis jugadores que la actitud de uno es la clave en la vida y en el fútbol americano. Les enseñé a aceptar cualquier papel que les tocara en el equipo, sin importar la trascendencia, ya sea como titulares o suplentes. Es así que mis jugadores prefieren dar lo mejor de sí y contribuir en lo que se necesite, en lugar de quejarse por no jugar lo suficiente. Los jugadores que se quejan no duran mucho en la NFL.
¿Hay algúna anécdota interesante que nos pueda compartir, sobre el cambio de actitud en algún jugador?
L.H.: Por supuesto. Un gran ejemplo es Jerome Bettis, quien jugó para mí en el colegial. Fue reclutado por los Rams y comenzó a causar sensación de inmediato. Sin embargo, después de un par de temporadas sumamente destacadas, su producción comenzó a caer. Tuve la oportunidad de verlo jugar en persona y fue muy decepcionante. Al día siguiente llamé a Jerome y le dejé un mensaje en su contestadora. Le dije que había un tonto jugando con su número y su nombre en el Jersey, y que este tonto le estaba causando muy mala reputación, ya que no jugaba con todo su corazón. No escuché de Jerome, pero al término de la temporada regular de la NFL, él me llamó y me dijo que quería volver a adquirir esa actitud ganadora que tenía cuando llego a la NFL. Volvió a Notre Dame por casi 5 meses, a entrenar arduamente y adquirir esta actitud y mentalidad ganadora. A los pocos días me llamó Bill Cowher para pedir mi opinión de Jerome y así traerlo a los Steelers, en un intercambio con los Rams. Es así como Jerome Bettis llegó a Pittsburgh para triunfar. El resto, es ya historia.




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